miércoles, 10 de abril de 2013

Portada de la Revista Historias Contadas No. 80

Calle Bolivia y su Catedral Basílica Metropolitana.
(Por Carlos E. López Castro, Revista No. 80)

Además de la importancia de la calle Bolivia por tener la monumental iglesia construida en ladrillo cocido, también fue trascendental por la primera empresa de buses que se conoce en Colombia, que tuvo una de sus rutas por esta calle. La ruta se llamaba Villa Nueva y recorría la calle Bolivia, hasta su extremo oriental. Esta calle, que lleva el número 56, también fue recorrida por el tranvía en la ruta Sucre.
LA BASÍLICA
METROPOLITANA
Desde las últimas décadas del siglo XIX, el factor que hace darle importancia a la calle Bolivia fue el inicio de la construcción de la Catedral de Villanueva (hoy, oficialmente Catedral Basílica de la Inmaculada Concepción de María) en terrenos donados por Tyrrel Moore, en el año 1871.
“La organización del edificio más importante de la ciudad naciente de entonces incluyó la “consecución de una máquina exclusiva para fabricar ladrillo y teja” y de un constructor arquitecto capacitado para el efecto… en el país o fuera de él”. En 1874, llegó el italiano Felipe Crosti para responder a lo necesitado.1 En 1875 se empezaron los trabajos. Pero fueron suspendidos y rechazados los diseños por descomunales.
El 21 de enero, de 1886, con la llegada del obispo Bernardo Herrera Restrepo, el rumbo de la construcción cambió. Éste, le solicitó opinión al obispo de París, quien además era arquitecto francés, quien rechaza la obra de Crosti. Además, el obispo le recomienda al arquitecto Carlos Carré, de quien dio excelente recomendacón. En una reunión, del 22 de septiembre de 1888, se aprobó la venida del arquitecto Carré. Mientras en Francia el obispo y su discípulo hacían un diseño preliminar, en Medellín se fabricaban grandes cantidades de ladrillo
Carré llegó el 30 de julio de 1889, y se ubicó en una celda del seminario, que simultáneamente le sirvió de habitación y de estudio. Concluyó los planos del templo, en noviembre del mismo año.
Lo estipulado con Carré fueron los planos, la dirección de la construcción y la formación de algunas personas para que pudieran terminar la obra, ya que su contrato vencía el 14 de junio de 1894 y no se le renovaría.
En la reunión de la Junta, del 19 de enero de 1890, fueron aprobados los planos que había diseñado para la construcción de la catedral el arquitecto Carré y se continúa la construcción. En 1891 fue nombrado Mons. Jesús María Marulanda, como encargado de la construcción de la catedral, dándole un gran adelanto a la obra.
Para la construcción se utilizaron varias clases de piedra: común, de lujo, para los plintos, negra y piedra de canto. En un comienzo, los ladrillos fueron comprados a varias ladrilleras por miles. Después, Monseñor Marulanda compró un tejar, ubicado en Belén, donde se fabricaron los ladrillos y las tejas necesarias y además vendía a particulares con cuyas ganancias, pagaba otros gastos.
Se utilizó la argamasa, mezcla de arena y de cal, para pegar los adobes. Las piedras las traían de El Poblado o de la quebrada La Loca.
Como se necesitaba madera, Monseñor Marulanda compró una finca en Envigado, para la provisión de madera común. Las maderas finas procedía de San Roque, San Luis y Puerto Berrío, donde Monseñor Marulanda compró una finca de donde traía la madera, para la construcción y para la venta.
En 1892, el obispo Bernardo Herrera Restrepo viajó a Bogotá y el 18 de junio de 1892 tomó posesión de la Diócesis Joaquín Pardo Vergara, quien continuó la construcción de la catedral. Para 1897 se terminó la sacristía de la carrera Ecuador, y el 17 de octubre, del mismo año, se bendijo, con el fin de utilizarla como capilla.2
Carré continuó su trabajo hasta junio de 1894, dejando gran parte de las arcadas centrales y de la sacristía. Lo reemplazaron los señores Heliodoro Ochoa y Salvador Ortiz. Ellos, estuvieron vinculados a la obra hasta cuando murieron, en 1916 y 1919, respectivamente, y quienes dejaron la obra muy adelantada.
El 24 de febrero, de 1902 la Diócesis de Medellín fue elevada, por el Papa León XIII, a la categoría de Arquidiócesis. El 12 de agosto de 1906 llegó a la ciudad como Arzobispo Manuel José Caycedo, aportando a la construcción de la Catedral.
El reloj y la torre derecha, fueron inaugurados a las 12 del mediodía del 20 de julio de 1910, para celebrar el primer centenario del grito de Independencia de Colombia.
En 1917, el 24 de mayo, se realizó la primera misa pontifical, celebrada por Caycedo, con motivo de sus bodas de plata episcopales. Este fue el primer acto litúrgico episcopal celebrado antes del traslado de todo el culto de La Candelaria, a la nueva catedral.
En 1919, el Arzobispo Caycedo contrató al arquitecto italiano Giovanni Buscaglione, quien diseñó el baldaquino, los altares, el púlpito, el coro y demás obras ornamentales del templo. También se le encargó el diseño y construcción del Seminario Mayor (1919-1928).
En 1920, se construyó el atrio del templo por la Sociedad de Mejoras Públicas, con la colaboración del Municipio de Medellín.
El 12 de marzo, de 1924, fueron inaugurados los altares y en 1925 se celebró la segunda misa pontifical, cuando Medellín celebró los doscientos cincuenta años de su erección como Villa.
En 1931 se estimó que ya el edificio podía darse al servicio como catedral. El 11 de agosto de 1931, el templo fue inaugurado como Catedral, con motivo de las bodas de plata de la posesión de Mons. Manuel José Caycedo en la Arquidiócesis.
El 30 de marzo de 1933, el ingeniero Oscar Binder llevó a Medellín el órgano, de marca Walcker, para la catedral, y además, se dio a la tarea de su montaje, el cual estuvo listo para su estreno a finales de julio de 1933.
En 1944 se desvió la quebrada “La Loca” por la Calle La Paz, la cual pasaba debajo del presbiterio
El 12 de marzo, de 1982, la catedral fue declarada Monumento Nacional de Colombia.
Entre 1998 y 1999 fue restaurada por la Fundación Ferrocarril de Antioquia.
Es considerada la mayor construcción, de ladrillo cocido, del mundo. Es la séptima más grande del mundo y la primera de Latinoamérica, con 5.000 metros. Allí se encuentra un enorme órgano de caoba, con 3.478 flautas.
LA RUTA DE BUSES,
HACE 100 AÑOS
Como se dijo inicialmente, por la calle Bolivia circularon buses de la primera empresa transportadora que se conoció en Colombia. En 1913, Ricardo Olano, en su viaje a Europa, cuenta la historia de la compra de buses, así:
“Ésta fue la primera empresa de autobuses que se estableció en Colombia. Por aquellos años, empresas similares tenían grandes éxitos en las capitales europeas, hasta donde alcanzan mis conocimientos de ellas y mis informaciones, no se han vuelto a establecer en dichas capitales líneas de tranvías por las calles, habiendo los autobuses venido a llenar las crecientes necesidades del tráfico. En Berlín, por ejemplo, ciudad servida admirablemente por líneas de rieles en todas direcciones, se estableció, en 1912, un servicio de autobuses que hizo tal competencia a los tranvías, que la compañía propietaria de éstos, tuvo que comprar la empresa de autobuses. Sin embargo, en Medellín, nuestro negocio fue un fracaso y declaro que un error mío fue la causa, porque por comprar aparatos muy buenos, los compré demasiado pesados, absolutamente impropios para andar por las calles de la ciudad.
Llegaron tres aparatos y establecí tres líneas: una a La América, otra a Buenos Aires y otra a Villanueva, hasta el extremo oriental de la calle de Bolivia. Organicé bien el asunto de choferes, conductores, tiquetes, etc. y el servicio comenzó a hacerse regularmente, dejando buena utilidad, a pesar del enorme precio de la gasolina…
En plena luna de miel de la empresa comenzamos con los inconvenientes: conductores que se robaban fondos, choferes que faltaban al trabajo algunos días interrumpiendo el servicio, etc. Pero lo más grave fue el asunto de las cañerías del acueducto. Todas eran entonces, en Medellín, de barro y algunas muy superficiales. Los aparatos rompieron algunas que tuvimos que arreglar y entonces toda cañería que se dañaba se la atribuían a los autobuses…
Fueron tomados por 3.000 que era una tercera o cuarta parte de su verdadero valor. Los carros fueron enviados a La Quiebra y prestaron durante largos años el servicio de pasajeros con grandes utilidades”3
OTROS DATOS
DE BOLIVIA
Es importante recordar que el circo España, construido entre 1909 y 1910, ocupó un gran espacio entre las calles Caracas (54) y Bolivia (56) y las carreras Girardot (43) y Córdoba (42).
En 1917, un artículo de prensa del periódico El Colombiano, anuncia la arborización así: “La Comisión de Estética aprobó que los vecinos de la calle Bolivia planten palmas en ella. También se aceptó el proyecto de arborización de la ciudad presentado por la Sociedad de Mejoras Públicas, pero advirtió que, al plantar los árboles y sobre todo cuando se trate de una sola fila, deberá consultarse con el ingeniero municipal, con el fin de que no sean plantados sobre las alcantarillas”.
El recordado escritor Tomás Carrasquilla tuvo durante muchos años su casa en la calle Bolivia y cuando estuvo en silla de ruedas, trasladó las tertulias que se hacían en el café La Bastilla para su casa en Bolivia entre los años 1920 a 1923. El historiador Fabio Botero, nos cuenta sobre el escritor: “Por 1900 y tantos fue cuando Carrasquilla se trasladó con la familia toda a Medellín, a un amplia casa con “un huerto sembrado de platanares y árboles frutales” y un “jardín lateral frontero a la calle, tan amplio que en él pudo edificarse más tarde una vivienda”… La casa estaba situada en la calle Bolivia un poco al occidente de la carrera El Palo… don Tomás continuó por supuesto las tertulias con todo su vigor en su casa”.4
A principios de la década de 1920, una hija de Ricardo Olano vivió en la esquina de Bolivia con Girardot, segunda casa a la izquierda subiendo.
El 22 de marzo de 1922, empezó a funcionar la ruta Sucre del tranvía que subía por Bolivia hasta el parque de Boston y después se extendió hasta la carrera 35.
La carrera Palacé, de Bolivia a Jorge Robledo, fue iluminada con farolas en el año 1934.
La avenida Echeverri, entre Ecuador y Bolivia fue abierta en 1872, según contrato entre el Cabildo y la Junta Suprema de la Catedral. En 1933 se ilumina la carrera Palacé desde la calle Bolivia hasta el barrio Prado.
Y según las memorias de Olano, los principales cambios de la calle Bolivia se dieron así:
“Seguramente fue el Sr. Moore (donó los terrenos para el parque Bolívar) quien por los años 1846-47 abrió Bolivia de Sucre a la calle de Barbacoas hoy de los Calzoncillos. De este sitio a la carrera Bolívar fue abierta en 1907 por compra hecha al Sr. Federico Vásquez por $ 5.000… Del parque de Bolívar a Sucre fue ensanchada en 3 metros por cesión gratuita que hizo don Pedro P. Echererri en 1895… Don Celestino Escobar también tenía tierras allí. Por los años 1891/2 la Sociedad Propietaria (Manuel José Álvarez, Luis Escobar, Antonio J. Gutiérrez, Eduardo de Greiff) abrieron Bolivia del Palo para arriba hasta encontrar terrenos del Sr. Francisco Villa Corral por los cuales se abrió la calle más tarde hasta la calle de Guarne. Allí se interrumpe la calle por un espacio como de media cuadra y continúa más adelante hacia el oriente. Quizá esta parte de la calle perteneció a la urbanización del barrio Boston de los señores Villa hasta el arroyo de Chorro-Hondo. En el año 1935, para abrir la calle Bolivia en el sitio donde está cerrada, calle de La Ladera, se compraron varios edificios, entre ellos uno a Luciano Patiño por $ 3.000. Se han destruido los edificios comprados; pero todavía se necesita adquirir otros para abrir la calle en todo su ancho. En 1940, en el cruce de Bolivia y Portocarrero, allí hay una honda cañada por donde pasa un arroyo. Se cubrió este arroyo con una alcantarilla de 83.5 mts. de largo y se está llenando el hueco. Para hacer esta obra se compró al Sr. Juan Manuel Ruiz un lote de terreno que obstruía la calle Bolivia…”5
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NOTAS:

1 Boletín Cultural y Bibliográfico. Banco de la República, 1992, p. 57.
www.wikipedia.com
3 Ricardo Olano. Memorias, tomo I. Fondo Editorial Universidad Eafit. pags. 66-70)
4 Fabio Botero. Cien Años de la Vida de Medellín. Editorial Universidad de Antioquia, Municipio de Medellín, segunda edición 1998, p. 272)
5 Ricardo Olano. Memorias, tomo I. Fondo editorial Univesidad Eafit. p. 356

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